martes, 31 de marzo de 2015

Oración antes de dormir

La oración antes de dormir es vital porque sencillamente no sabemos si al día siguiente despertaremos.  ¿Cuántas veces no nos hemos acostado sin dirigirnos a Dios? Algunas veces ha sido por cansancio, otras por olvido o porque simplemente no sabemos qué decirle. 

Tal vez la noche muchas veces no parece bastar para poder agradecerle a Dios las maravillas infinitas que nos ha regalado en el día; qué dicha sería siempre poder ver la película de lo vivido en esas horas desde el último amanecer, para así sonreír al ver cuánto nos ama nuestro Padre Celestial.  Y aunque es probable que no todo haya sido “perfecto” y “bueno”, debemos dar gracias con la convicción de que todo lo sucedido es porque Dios tiene un plan.

Además de ser agradecidos, lo ideal antes de dormir es dedicar un tiempo para hacer un examen de conciencia y pedirle perdón a Dios por cualquier ofensa que hayamos cometido y hacer un propósito de desagravio.

Pero no hemos de olvidar que la oración de la noche debe ser también de petición.  Podemos pedirle a Dios que nos conceda un buen descanso y que  el día siguiente sea mejor y encomendárselo, sin embargo, lo primordial es abandonarnos en Él, pidiéndole que se haga su voluntad, pero que su paz y su gracia nos acompañen siempre.

También es bueno encomendarnos a nuestro Ángel custodio.  Creo que esta es la primera oración que nos enseñan de niños. Yo creo que no a todos nos las enseñan igual.  Aquí les comparto como la aprendí que mis padres: 
 
“Angel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en paz y armonía con Jesús, José y María.  Cuatro esquinas tiene mi cama, cuatro ángeles que me acompañan: Pedro, Pablo, Juan y Lucas.  Acuéstate Mónica y no tengas miedo”.

Y por último, quiero compartir una oración que recientemente el Padre de la parroquia a la cual asisto nos enseñó.   


“A tiempo de acostarme Señor en tus manos encomiendo mi alma, presérvame del pecado y de una muerte imprevista”.

Y aunque a veces sea difícil, hagamos el esfuerzo de perseverar en la oración, que cada día nuestra última alegría y nuestro último pensamiento sean para Dios. 

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