Una foto puede hacer
mucho por ti. A raíz de una sesión de fotos que tuvimos ayer, tuve una pequeña crisis existencial. Resulta que quería que los
tres combináramos pero algunas cosas se complicaron y en la corredera mi esposo
quedó de cuadros, bebé de rayas yo de flores, ellos combinaban pero yo no. Igual las fotos salieron bien pero mi
mente seguía torturándome y hasta casi no pude dormir pensando en lo que pudo
haber sido, qué debí ponerme, qué debí hacer diferente.
Pensaba que tal vez
hubiese sido la oportunidad perfecta para tomarme una foto de mis “entrando a
los 30”,o algo realmente romántico con mi esposo o no sé.
Muchas cosas pasaron por mi cabeza y de repente una imagen se me vino a la
mente: “Adán y Eva en el Edén”. Así me sentí, inconforme con lo
que tenía y comprendí que lo importante no es la ropa sino lo que hay en tu
corazón, con quienes estás y cómo vives el momento. Y sí, siempre pensé que nunca me importaba lo que los demás pensaran o
dijeran, pero creo que alguna parte de mí se preocupa por eso sin
necesidad, en ocasiones creo que llego a
envidiar inconscientemente a los demás, y es que tendemos a
ser inconformes con lo que somos o lo que tenemos. También me di cuenta que
muchas veces vivo con miedo al futuro, pero ese sólo Dios
lo conoce.
Pequeña crisis de
los 30,me di cuenta que ya no se trata sólo de mí, sino de mi bebé y mi familia, que no me interesa
tener una foto sola sino con mis dos amores, que no importa si la
combinación es nula, es sólo una foto, hay que disfrutar el momento, ya que final la foto
no nos servirá de nada.
Vivimos en un mundo
tan inmerso en la tecnología y en lo digital que olvidamos vivir y marcar en
nuestras mentes ese momento mágico. Recuerdo que toda mi vida me entristeció
que no tenía fotos de bebé con mis abuelas pero mi hermana sí, y ahora pienso que tampoco tuve con mi abuelo y ¡cómo lo disfruté
mientras vivió! Tengo recuerdos vívidos junto a ellos que me llenan de inmensa
alegría.
Veo mi celular y me
pregunto qué haré con todas las fotos que tengo de mi bebé y apenas han pasado
poco menos de cuatro meses, y la verdad es que
probablemente nada.
Vivir el día a día y
disfrutarlo como si fuera el último, y que si resulta ser
así, podamos sentir que fue lo máximo.
Tener fotos y vídeos para recordar, es lindo, pero antes la gente no sabía de eso y sus largas vidas llenas de felicidad se reflejaban en sus rostros.
Tener fotos y vídeos para recordar, es lindo, pero antes la gente no sabía de eso y sus largas vidas llenas de felicidad se reflejaban en sus rostros.
March Simpson en la
película sólo se preocupó de salvar el vídeo de su boda porque decía que era lo
más importante para ella y al final lo sobrescribió para darle un mensaje a Homero
que lo que valía en realidad era su familia.
Pues así me siento yo, no tendré las
mejores fotos, no seré la más creativa y detallista
para las cosas, ni tendré los bienes más lujosos, entre otras cosas, pero la verdad es
que no necesito más.
Es como cuando salí
de Panamá, fue con dos maletas llenas de ropa y
una cruz que fue un regalo de bodas y su simbolismo es especial. Mi esposo y yo, solos agarrados de la mano dejamos padres y hermanos a quienes
extrañamos demasiado, pero nos acercamos más a Dios, como nueva familia sacramentada, y ahora con nuestra
pequeña bendición.
Cumpliré 30 en unos
15 días, y sólo puedo pensar en darle gracias a Dios por todo lo
que me ha permitido vivir. Gracias por mi familia y amigos, por lo que me da y lo que me quita, por todas sus
promesas.
Él ayer le tomó fotos a mi interior, fotos de gozo pero también de llanto, retratos realistas y espontáneas, imágenes que me mostraron lo que soy, lo que tengo y lo que valgo. Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de ver ese álbum de fotos especial, poder sonreír y dar gracias.
Él ayer le tomó fotos a mi interior, fotos de gozo pero también de llanto, retratos realistas y espontáneas, imágenes que me mostraron lo que soy, lo que tengo y lo que valgo. Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de ver ese álbum de fotos especial, poder sonreír y dar gracias.
Muchos recuerdos
faltan por venir, que mi corazón y mi mente sean
quienes capturen esos momentos especiales y que en cada uno
esté la huella de Dios.
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