martes, 3 de mayo de 2016

martes, 26 de abril de 2016

martes, 19 de abril de 2016

domingo, 17 de abril de 2016

Entrando a los 30

Una foto puede hacer mucho por ti. A raíz de una sesión de fotos que tuvimos ayer, tuve una pequeña crisis existencial. Resulta que quería que los tres combináramos pero algunas cosas se complicaron y en la corredera mi esposo quedó de cuadros, bebé de rayas yo de flores, ellos combinaban pero yo no. Igual las fotos salieron bien pero mi mente seguía torturándome y hasta casi no pude dormir pensando en lo que pudo haber sido, qué debí ponerme, qué debí hacer diferente.

Pensaba que tal vez hubiese sido la oportunidad perfecta para tomarme una foto de mis “entrando a los 30”o algo realmente romántico con mi esposo o no sé.  Muchas cosas pasaron por mi cabeza y de repente una imagen se me vino a la mente: “Adán y Eva en el Edén”. Así me sentí, inconforme con lo que tenía y comprendí que lo importante no es la ropa sino lo que hay en tu corazón, con quienes estás y cómo vives el momento. Y sí, siempre pensé que nunca me importaba lo que los demás pensaran o dijeran, pero creo que alguna parte de mí se preocupa por eso sin necesidad, en ocasiones creo que llego a envidiar inconscientemente a los demás, y es que tendemos a ser inconformes con lo que somos o lo que tenemos. También me di cuenta que muchas veces vivo con miedo al futuro, pero ese sólo Dios lo conoce.

Pequeña crisis de los 30me di cuenta que ya no se trata sólo de mí, sino de mi bebé y mi familia, que no me interesa tener una foto sola sino con mis dos amores, que no importa si la combinación es nula, es sólo una foto, hay que disfrutar el momento, ya que final la foto no nos servirá de nada. 

Vivimos en un mundo tan inmerso en la tecnología y en lo digital que olvidamos vivir y marcar en nuestras mentes ese momento mágico. Recuerdo que toda mi vida me entristeció que no tenía fotos de bebé con mis abuelas pero mi hermana sí, y ahora pienso que tampoco tuve con mi abuelo y ¡cómo lo disfruté mientras vivió! Tengo recuerdos vívidos junto a ellos que me llenan de inmensa alegría.

Veo mi celular y me pregunto qué haré con todas las fotos que tengo de mi bebé y apenas han pasado poco menos de cuatro meses, y la verdad es que probablemente nada.

Vivir el día a día y disfrutarlo como si fuera el último, y que si resulta ser así, podamos sentir que fue lo máximo.
Tener fotos y vídeos para recordar
, es lindo, pero antes la gente no sabía de eso y sus largas vidas llenas de felicidad se reflejaban en sus rostros.
March Simpson en la película sólo se preocupó de salvar el vídeo de su boda porque decía que era lo más importante para ella y al final lo sobrescribió para darle un mensaje a Homero que lo que valía en realidad era su familia.  Pues así me siento yo, no tendré las mejores fotos, no seré la más creativa y detallista para las cosas, ni tendré los bienes más lujosos, entre otras cosas, pero la verdad es que no necesito más. 

Es como cuando salí de Panamá, fue con dos maletas llenas de ropa y una cruz que fue un regalo de bodas y su simbolismo es especial. Mi esposo y yo, solos agarrados de la mano dejamos padres y hermanos a quienes extrañamos demasiado, pero nos acercamos más a Dios, como nueva familia sacramentada, y ahora con nuestra pequeña bendición.

Cumpliré 30 en unos 15 días, y sólo puedo pensar en darle gracias a Dios por todo lo que me ha permitido vivir. Gracias por mi familia y amigos, por lo que me da y lo que me quita, por todas sus promesas.
Él ayer le tomó fotos a mi interior
, fotos de gozo pero también de llanto, retratos realistas y espontáneas, imágenes que me mostraron lo que soy, lo que tengo y lo que valgo. Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de ver ese álbum de fotos especial, poder sonreír y dar gracias.

Muchos recuerdos faltan por venir, que mi corazón y mi mente sean quienes capturen esos momentos especiales y que en cada uno esté la huella de Dios.

jueves, 4 de febrero de 2016

martes, 2 de febrero de 2016

domingo, 31 de enero de 2016

Un mes: Mi experiencia

La ternura en mis manos: Matteo y yo.
A lo largo de nuestra vida hemos tenido varias oportunidades de detenernos a pensar en lo que hemos hecho y en lo que no, en lo que queremos para nuestro futuro, nos planteamos metas y muchas veces hasta le ponemos fecha de cumpleaños, y sí, muchas veces logramos cumplirlas al plazo que no los propusimos, como obtener un título académico, adquirir algún bien material, viajar, obtener un trabajo, etc.  Sin embargo, algo a lo que por lo general no le atinamos a cuándo sucederá es el tener un hijo, tan sólo podemos decir que nos gustaría que fuera antes de cierta edad o hasta le atinemos al año y puede que al mes, y esto si lo hemos pensando no con mucho tiempo de anticipación, pero sólo Dios tiene el completo dominio de cuál será el día y la hora.

Yo debo confesar que nunca visualicé cómo podrían ser ciertos acontecimientos en mi vida, como por ejemplo el graduarme de la universidad, es más ni siquiera estudié lo que de niña o adolescente supuestamente me gustaba, tampoco pensé en cómo sería el día de mi boda ni mucho menos cómo iba a ser mi traje de novia, hasta mucho tiempo dudé si me casaría o no.  Y bueno, el tener un hijo tampoco estuvo en mi pensamiento y es que creo que mi vida la he vivido día a día, lo que tal vez no sea bueno en muchos aspectos, pero el no haber planeado ni esperado nada, me ha permitido disfrutar cada instante con una naturalidad, inocencia, esperanza y felicidad como la que se tiene al leer un libro nuevo.

Muchos años han pasado, he tenido experiencias tanto buenas como malas, he caído muchas y veces pero he logrado levantarme y seguir adelante.  He percibido muchas tristezas y sobretodo muchas alegrías, no obstante, jamás había sentido tanta dicha como cuando escuché por primera vez el llanto de mi bebé y cuando sentí su rostro junto al mío.  Ya hace un mes y una semana exactamente desde este suceso, y en este post quiero compartir mi sentir.

Ser padres no es fácil y creo que nunca se está preparado para ello.  Yo casi teniendo treinta años, con la vida en muchos aspectos bien organizada, sentí que todo se tornó caótico.  Después de vivir tanto tiempo sólo para ti, tener que compartir tu espacio o mejor dicho, todo lo tuyo con alguien, es difícil, pues ya no vives para ti, sino que vives para la otra persona, tus pensamientos, tus deseos, tus preocupaciones son en base al otro, ese pequeño ser que se convierte en lo primero en tu vida. Es realmente conflictivo a nivel emocional y físico, es desgastante, pero a la vez es gratificante, es encontrar un sentido diferente a la vida.

Pero bueno, mi experiencia.  Preocupación, fue lo primero que sentí al estar en el quirófano y escuchar a las doctoras decir ya salió y no escucharlo al instante llorar, <pero no lo escucho>, dije, hasta que se dio, como un sonido de ángeles, y entonces la alegría me invadió.  Al pasar los días en el hospital, era mucho el dolor y las limitaciones que éste genera, sumado a la evidente preocupación por su salud que lo complicaba todo, pero luchaba para sentirme animada y permitir que el entusiasmo por mi bebé lo superaran todo y de esta manera ayudaba a que mi recuperación fuera más fácil y rápida.

En mi mente ya estaba que me dijeran que mi bebé se quedaría en el hospital unos días más, pero para mi sorpresa le dieron salida a la par mía.  Qué contenta me sentí, sólo podía darle gracias a Dios una y otra vez.  Dos días estuvo con nosotros en casa, al segundo día lloré por la frustración de no estar produciendo leche, o al menos la suficiente que él aparentaba necesitar, más la falta de sueño y desgaste físico, la falta de silencio y quietud debido al llanto incontrolable y sin razón conocida, en fin, supongo que es algo que le sucede a todos los padres, hasta a los más veteranos en el asunto.  Y a pesar que fueron días abrumadores, al decir que volveríamos al hospital con él, fue devastador, empero, fue un alivio porque pensé que nos permitiría hacer como borrón y cuenta nueva con respecto a lo que viviríamos en casa al regresar. 

En el hospital aprendimos mucho, el énfasis fue en las técnicas de amamantamiento y producción de leche, ¡vital!  Pero también tomamos notas mentales al observar a las enfermeras y doctoras en la fluidez del trato con los bebés, y también de las respuestas que nos daban ante las inquietudes de padres primerizos como “¿es normal que respire como agitado?”, “¿qué hacemos con el hipo?”, “¿cómo deberían ser las deposiciones?”, entre otras.  Pasaron dos días en el hospital y pensamos ¡Sí, nos graduamos, estamos “ready”!, pero para nuestra sorpresa, al llegar a casa nuevamente fue todo un caos. 

La  dinámica y la logística en todos los aspectos realmente se ha convertido en un reto.  Con todo lo que hay que hacer dentro de la casa y cuando toca salir como por ejemplo a las citas médicas.  El tiempo para la realización se duplica y por ende el estrés. 

Me atrevo a decir que he leído más en este mes de lo que pude haber leído en cuatro años de licenciatura, y creo que eso es mucho decir.  Miles de dudas han surgido, día tras día, minuto tras minuto, y bueno, ya nos hicimos a la idea que seguirán apareciendo, nos queda sólo seguir adaptándonos al nuevo sistema impuesto por el nuevo “jefe”. 

Tengo que reconocer y agradecerle a Dios por mis suegros que en el tiempo que estuvieron nos fueron de mucha ayuda, ya que por ellos pudimos conciliar las pocas horas de sueño que tuvimos y disminuyó también el estrés por el quehacer del hogar; y ni decir mi mamá, ya le debía la vida y el aguantarme tantos años, en mis peores momentos, y ahora, aunque pareciera que me moleste porque me tiene en cuarentena o porque simplemente en ocasiones no pensamos ni actuamos de la misma manera, realmente estoy feliz de tenerla conmigo, y más en los momentos en que sentía que sólo con ella podía llorar y desahogarme ya que ella como madre pasó por lo mismo que yo.

Definitivamente como dicen los escritos, en teoría el bebé evoluciona y está en disposición de realizar ciertas cosas en un período de tiempo determinado, sin embargo, cada bebé es distinto, a unos les tomará más tiempo que a otros, por eso es importante conocerlos y aprender a alinearse a su ritmo. 

Creo que esta semana ha sido mejor, he tratado de establecer una “rutina” en la mañanas que incluye alimentarlo, darle las medicinas, bañarlo, jugar con él, pero confieso que de rutina no tiene nada porque todos los días el orden y las horas han sido distintos, supongo que más bien ha sido un tanteo para ver cuál de todos resulta mejor para ponerlo en práctica.  Con respecto al sueño, ya él duerme una hora más durante las noches, y eso nos ha permitido recuperar un poco el sueño entre cada despertada, inclusive me da tiempo de poder escribir un poco. 

Recordaba hace unos días que consideraba que los últimos meses del embarazo fueron difíciles porque no podía dormir en las madrugadas, pero en comparación a lo actual, el embarazo fue una utopía, no obstante, todo ha sido hermoso, cada experiencia ha valido la pena.  Ahora en las noches con la luz tenue, sólo me quedo viéndonos en el espejo, cómo mi bebé se duerme tan serenamente en mis brazos, y hasta he llegado a disfrutar de sus gritos y llantos repentinos, aunque también reconozco que muchas veces me ofusco, pero bueno, poco a poco.

Apenas con tan poco tiempo digo sin duda alguna que amo ser mamá, tal vez sí soñé con este día pero no lo recuerdo, probablemente mi sueño se quedó corto a lo hermoso y maravilloso que se siente.  Insisto, cada cosa ha valido la pena, hasta tener el estómago de tigre, porque no tengo por qué avergonzarme de mis estrías, y doy gracias a Dios por brindarme tan grande bendición.  También le agradezco por tener a un esposo tan maravilloso, que me ha ayudado mucho, no sólo en darle comida al bebé, o cambiarle los pañales o pasarme cosas, o limpiar, sino en darme su apoyo incondicional, sus palabras de aliento, su mirada de admiración y motivación. 


Me atrevo a decir que siento que empieza nuevamente mi vida, y adivinen, tampoco la planearé, sino que la disfrutaré día tras días.  Sólo le pido a Dios que me de salud y muchos años para poder compartir con mi familia y a la Virgen María Santísima le imploro que me ampare como buena madre que es y me enseñe a ser madre como ella.