miércoles, 5 de agosto de 2015

Cuando se piensa...

...por Hugo Wast  

Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.

Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.

Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.

Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.

Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.

Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.

Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.

Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.

Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.
Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.

Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.

Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.

Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.

Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.

Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.

Fuente: www.devocionario.com

Hugo Wast: Novelista y político argentino cuyo verdadero nombre era Gustavo Martínez Zuviría (1883-1963). Estudió leyes, y economía política. En 1943 fue ministro de Justicia y de Educación pública, cargo que aceptó con la condición de que se introdujera la enseñanza religiosa en todas las escuelas. Escribió numerosas obras de literatura, muchas de ellas de carácter religioso. (Ver también: oraciones para pedir por las vocaciones sacerdotales y religiosas).

martes, 4 de agosto de 2015

Biografía: San Juan María Vianney

Cura de Ars, nacido en Dardilly, cerca de Lyon, Francia, el 8 de Mayo de 1786; muerto en Ars el 4 de Agosto de 1859.; hijo de Matthieu Vianney y Marie Beluze.
En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan Bautista María Vianney fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia, y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín, excesivamente difícil. Uno de sus compañeros, Matthias Loras, después primer obispo de Dubuque, le ayudaba en sus lecciones de latín.
Pero ahora se presentó otro obstáculo. El joven Vianney fue llamado a filas, al haber obligado la guerra de España y la urgente necesidad de reclutas a Napoleón a retirar la exención que disfrutaban los estudiantes eclesiásticos en la diócesis de su tío, el Cardenal Fesch. Matthieu Vianney intentó sin éxito procurarse un sustituto, de modo que su hijo se vio obligado a incorporarse. Su regimiento pronto recibió la orden de marchar. La mañana de la partida, Juan Bautista María fue a la iglesia a rezar, y a su vuelta a los cuarteles encontró que sus camaradas se habían ido ya. Se le amenazó con un arresto, pero el capitán del reclutamiento creyó lo que contaba y lo mandó tras las tropas. A la caída de la noche se encontró con un joven que se ofreció a guiarle hasta sus compañeros, pero le condujo a Noes, donde algunos desertores se habían reunido. El alcalde le persuadió de que se quedara allí, bajo nombre supuesto, como maestro. Después de catorce meses, pudo comunicarse con su familia. Su padre se enfadó al saber que era un desertor y le ordenó que se entregara pero la cuestión fue solucionada por su hermano menor que se ofreció a servir en su lugar y fue aceptado.
Juan Bautista María Vianney reanudó entonces sus estudios en Ecully. En 1812 fue enviado al seminario de Verrieres; estaba tan mal en latín que se vio forzado a seguir el curso de filosofía en francés. Suspendió el examen de ingreso al seminario propiamente dicho, pero en un nuevo examen tres meses más tarde aprobó. El 13 de Agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble. Sus dificultades en los estudios preparatorios parecen haberse debido a una falta de flexibilidad mental al tratar con la teoría como algo distinto de la práctica - una falta justificada por la insuficiencia de su primera escolarización, la avanzada edad a la que comenzó a estudiar, el hecho de no tener más que una inteligencia mediana, y que estuviera muy adelantado en ciencia espiritual y en la práctica de la virtud mucho antes de que llegara a estudiarla en abstracto. Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero en reconocer y animar su vocación, que le instó a perseverar cuando los obstáculos en su camino le parecían insuperables, que intercedió ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector. En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta remota aldea francesa en las que el "cura de Ars" se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia. El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el catecismo, y estas enseñanzas catequéticas llegaron a ser tan populares que al final se daban todos los días en la iglesia a grandes multitudes. "La Providencia" fue la obra favorita del "cura de Ars", pero, aunque tuvo éxito, fue cerrada en 1847, porque el santo cura pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha buena gente. Su cierre fue una pesada prueba para él.
Pero la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países. Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí". Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al santo cura y oír su enseñanza cotidiana. El Venerable Padre Colin se ordenó diácono al mismo tiempo, y fue su amigo de toda la vida, mientras que la Madre Marie de la Providence fundaba las hermanas auxiliadoras de las ánimas del purgatorio por su consejo y con su constante aliento. Su dirección se caracterizaba por el sentido común, su notable perspicacia, y conocimiento sobrenatural. A veces adivinaba pecados no revelados en una confesión imperfecta. Sus instrucciones se daban en lenguaje sencillo, lleno de imágenes sacadas de la vida diaria y de escenas campestres, pero que respiraban fe y ese amor de Dios que era su principio vital y que infundía en su audiencia tanto por su modo de comportarse y apariencia como por sus palabras, pues al final, su voz era casi inaudible.
Los milagros registrados por sus biógrafos son de tres clases:
. en primer lugar, la obtención de dinero para sus limosnas y alimento para sus huérfanos; . en segundo lugar, conocimiento sobrenatural del pasado y del futuro; . en tercer lugar, curación de enfermos, especialmente niños.
El mayor milagro de todos fue su vida. Practicó la mortificación desde su primera juventud, y durante cuarenta años su alimentación y su descanso fueron insuficientes, humanamente hablando, para mantener su vida. Y aun así, trabajaba incesantemente, con inagotable humildad, amabilidad, paciencia, y buen humor, hasta que tuvo más de setenta y tres años.
El 3 de Octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado Venerable por Pío IX y el 8 de Enero de 1905, fue inscrito entre los Beatos. El Papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial.
[Nota: En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta se celebra el 4 de Agosto]
Fuente: https://www.aciprensa.com/

lunes, 3 de agosto de 2015

jueves, 30 de julio de 2015

Saludo a Jesús Sacramentado


Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar, creo todo lo que Vos, mi Señor, me habéis revelado. Arrepentido de todos mis pecados, esperando en Vos que nunca permite que sea confundido, agradeciendo por este don supremo, amándoos sobre todas las cosas en este Sacramento de vuestro amor, adorándoos en el misterio profundo de vuestra humildad, os manifiesto y hago patente todas las heridas y miserias de mi pobre corazón y os pido me deis todo lo que necesito y deseo. Pero tan solo os necesito a Vos, oh Dios mío, tan solo os deseo a Vos, vuestra gracia y la gracia de usar debidamente vuestras gracias, poseeros en esta vida y poseeros en la otra.

Bendito seáis, oh poder divino de vuestro paternal Corazón, que aunque todo lo podéis, sin embargo, no podíais darnos un don más precioso que este Santísimo Sacramento.

Oh Pan celestial, gran Sacramento, os adoro y os alabo en todo momento. (repítase después de cada alabanza.)

Bendita seáis, oh Sabiduría del Verbo Divino, que todo lo sabéis y lo ordenáis, y sin embargo no sabíais prepararnos una comida más exquisita, que este Santísimo Sacramento.

Bendito seáis, oh Dios mío, que en vuestra inefable dulzura de amor os habéis transformado en este pan para dárosnos como el más dulce manjar.

Bendito seáis, oh Dios mío, que habéis encerrado todos vuestros misterios en esta humilde forma de pan terrenal. ¡Oh Trinidad Santísima!


miércoles, 29 de julio de 2015

lunes, 27 de julio de 2015

viernes, 24 de julio de 2015

Faltan cinco meses

¿Cuántas cuentas regresivas hemos hecho en nuestra vida?  Algunas veces por acontecimientos realmente únicos como el cumplir mayoría de edad o el día de nuestra boda, otras veces por cosas más simples como un concierto de algún grupo que realmente nos gusta o inclusive cada semana hasta que llegue viernes para así poder descansar.  El tiempo…

…El tiempo avanza de manera inexorable y es imposible que podamos modificar su curso. No podemos lograr que transcurra más lento o más rápido, o pretender guardar un poco para el futuro.  Se termina la cuenta regresiva y llega el día esperado y en un cerrar y abrir de ojos todo se terminó.  La espera…

…La espera nos ha de generar diversos sentimientos y sensaciones.  Cómo vivamos la espera dependerá si lo hacemos en solitario o no, si es justa y explicada o no, si es conocida y finita o no, y por supuesto si se tiene mucha o poca ilusión puesta en que llegue el día o suceso.  Los sentimientos y sensaciones que nos generen pueden ser tanto positivos como alegría, esperanza, sosiego, entusiasmo, etc., o pueden ser negativos como impaciencia, miedo, desconfianza, nerviosismo, entre otros.  Habrá ocasiones en que el negativismo nos invada, sin embargo, a pesar de la incertidumbre que tengamos, debemos procurar mantener nuestro pensamiento positivo y esperar con fe.  El día esperado…

…El día esperado de cada uno es distinto al de los demás porque cada uno tiene motivaciones distintas.  Cada año nos entusiasmaremos por días específicos, un ejemplo puede ser nuestro cumpleaños, aunque para algunos es un día cualquiera, también añoramos nuestras vacaciones; para nosotros los cristianos, La Pascua ha de ser un día de dichosa espera, es más, cada domingo aspirar a encontrarnos al Señor también debería ser anhelado.  También habrá años especiales donde aguardaremos matrimonios, bautizos, primeras comuniones, graduaciones, promociones laborales, entre otros.  Cinco meses…

…Cinco meses parecen ser mucho, ¡cuántas cosas se pueden lograr en cinco meses!, sin embargo, si lo vemos a razón de lo que ocupa en el año, es menos de la mitad.  ¿Qué esperas tú que suceda en cinco meses?  Yo anhelo la Navidad, mi época del año favorita.  En primera instancia porque conmemoramos el nacimiento de nuestro Salvador, aquel que naciendo en un pesebre nos muestra que el ser humilde y sencillo no nos quita riquezas, sino que el verdadero privilegio que tenemos es la familia y el compartir con ellos.  La tradición…

…La tradición navideña varía de país y de familia por supuesto.  Para algunos la entrega de regalos es de Papa Dios, otros del niño Jesús, otros a pesar de creer en Jesús, le atribuyen los regalos a Santa Claus; de igual forma es diferente lo que hacemos los días previos a la nochebuena y navidad.  Muchos nos preparamos con villancicos y posadas, en algunos lugares se hace dentro del templo, en otros recorriendo las casas de la comunidad, haciendo conciertos navideños, decorando nuestros hogares, comprando obsequios, preparando la deliciosa cena, en fin, todo es inspirado por la alegría de lo que celebramos.  Mis navidades…

…Mis navidades siempre fueron junto a mis padres y mi hermana.  Arbolito no siempre hubo, pero el nacimiento o pesebre no podía faltar, al cual cada año se le debía agregar aunque sea una figura.  En nochebuena preparábamos la comida para que estuviera lista temprano.  En horas de la noche nos preparábamos para ir a misa, al regresar esperábamos que se dieran las doce y nos felicitábamos entre nosotros, buscábamos al niño y lo colocábamos en el pesebre y hacíamos una oración en familia.  Luego comíamos y al terminar, hacíamos el intercambio de regalos y a dormir.  Al día siguiente, abríamos los regalos y entre visitas y más regalos de parientes, jugábamos todo el día.  Al crecer…

…Al crecer muchas cosas cambian, como la navidad es de los niños, ya no se reciben tantos presentes, y toca visitar a los más pequeños de la familia y llevarle obsequios.  Además de estar con la familia, sueles compartir tu día con amistades y pareja.  Esta navidad…

…Esta navidad será especial, será la quinta navidad que pasaré con el hombre que Dios me regaló como esposo.  El primer año recién nos habíamos hecho novios, pero recuerdo como simpatizó con mis padres, primos, abuelas y tíos.  El segundo, ya comprometidos en matrimonio, la ilusión del futuro juntos era nuestro gran regalo.  El tercero, ya con la bendición de Dios, en nuestra propia casa, solos él y yo dando gracias a Dios.  El cuarto, solos nuevamente, en un nuevo hogar, en un país completamente nuevo, pero con Dios junto a nosotros.  El quinto…

El quinto año juntos es el que esperamos.  Seguimos lejos de nuestros padres y demás familiares, pero Dios sigue con nosotros y Él nos ha prometido un regalo especial, nuestro primer bebé.  Nacerá en navidad o unos días antes, sólo Dios sabrá, pero como fue la de María, nuestra espera es dulce, llena de ilusión y esperanza, de alegrías y sueños, de amor y confianza. 



El tiempo pasará y la espera concluirá, llegará el día esperado y los cinco meses en nada quedarán, la tradición navideña en ese niño seguirá y mis navidades jamás volverán a ser igual, seguiremos creciendo, él crecerá, y si es voluntad de Dios pasará un sexto, séptimo y muchos más años y bendiciones para nosotros vendrán, pero sin duda alguna, esta navidad, jamás hemos de olvidar.  

jueves, 23 de julio de 2015

lunes, 20 de julio de 2015

sábado, 18 de julio de 2015

Evangelio: Domingo 19 de julio de 2015

Domingo 16º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):



En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» 
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor


Fuente: http://www.ciudadredonda.org/

viernes, 17 de julio de 2015

jueves, 16 de julio de 2015

Virgen del Carmen, llevo tu nombre

El nombre que llevamos no lo escogemos nosotros sino nuestros padres, así nos toca decidir el de nuestros hijos y a ellos les tocará otorgar el de sus hijos.  No existe nombre bonito ni feo, existen nombres poco comunes.  Pero, ¿cuáles son las motivaciones que nos llevan a determinar un nombre específico?

Muchas veces los padres buscan la herencia de nombres (padre - hijo), o bien colocar el nombre de algún familiar o amigo y de esa manera honrarlo.  En otra ocasiones es porque simplemente se escuchan opciones que resultan atractivas aunque no tengan relación directa con uno o con la familia.  Muchos de los cristianos, especialmente los católicos, optan por asignar ya sea como primero o segundo nombre, el de algún personaje bíblico o de algún Santo, o de alguna advocación de la Virgen.  Considero que lo importante a la hora de la escoger los nombres es que tengan algún significado para nosotros o una anécdota que podamos contarle a nuestros hijos si preguntan algún día su origen. 

En la actualidad, es fácil encontrar páginas de internet donde nos dan listado de sugerencias de nombres con sus significado y procedencia (incluyendo los que están de moda), y hasta describen los comportamientos correspondientes a dicho nombre como si fuera ésto lo que determinara la personalidad.  Es por eso que  por ejemplo se escucha decir, "Fulanito no tiene cara de Fulanito" o "Los Menganitos por lo general se portan bien, no sé que le pasó a éste".   

Cuando somos bautizados se les pregunta a nuestros padres ¿qué nombre han de ponernos? y es que a partir de ese momento, Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre.  Es por esta razón, que como hijos de Dios debemos procurar llevar una vida buena y agradable a sus ojos, y honrar el nombre que se nos dio y más si la historia por la cual lo llevamos lleva un trasfondo religioso.

Es mi caso, mi segundo nombre es "Del Carmen", y la razón es porque mi salud al nacer le fue encomendada a la Virgen.  La inclinación por esta advocación en parte viene de mi abuela paterna ya que en el pueblo donde nació se practica esta devoción y de sus padres ella lo heredó.  Además, mi madre nos cuenta que fue inculcada por mi bisabuela, a quien le escuchaba que siempre invocaba a la Carmelita a la hora en que alguien iba a tener un hijo, y desde pequeña mi madre le rezaba a la Virgen cuando su mamá se enfermaba para que llegara a viejita.  Hoy mi abuela tiene 82 años.  Al presentarse nuestro problema de salud y al llegar la hora del parto, se encomendó a la Virgen, confió y no fue defraudada.  Desde entonces mi madre procuró enseñarnos a amar a María bajo esta advocación.

Nunca le di importancia al nombre que llevaba ni el peso que conlleva hacerlo, sino hasta que me volví adulta.  Y es que es entonces, cuando uno madura que entiende mejor las cosas, aprende a apreciar y respetar, pero sobre todo empieza a amar de verdad.  Al principio sólo daba gracias por la salud mía y de los míos, y le pedía que la conservara.  En los últimos años, sigo pidiendo por salud, pero también empecé a pedir que me enseñara a amar sin condición, a ser tolerante y paciente, a ser buena hija, y luego a ser buena esposa,  diligente y siempre fiel, dedicada a mi familia, pero sobre todo le pido que me ayude a mantenerme firme en la fe, para así enseñarle a mis futuros hijos lo maravilloso que es su amor maternal.

Este año, no podré asistir a la misa ni a la procesión en honor a la Virgen, sin embargo, mi corazón y mi oración serán sólo para Ella.  Mi confianza ahora más que nunca en Dios y en ella está depositada.

¡Viva la Virgen del Carmen!

Recomendación para conocer un poquito de la Historia de Nuestra Señor del Carmen: http://www.corazones.org/maria/carmen_virgen/a_carmen.htm

Súplica para tiempos difíciles: 
"Tengo mil dificultades: ayúdame. 
De los enemigos del alma: sálvame. 
En mis desaciertos: ilumíname. 
En mis dudas y penas: confórtame. 
En mis enfermedades: fortaléceme. 
Cuando me desprecien: anímame. 
En las tentaciones: defiéndeme. 
En horas difíciles: consuélame. 
Con tu corazón maternal: ámame. 
Con tu inmenso poder: protégeme. 
Y en tus brazos al expirar: recíbeme. 
Virgen del Carmen, ruega por nosotros. 
Amén."

Además les dejo una canción en su honor, del Grupo Betsaida de Chile:





miércoles, 15 de julio de 2015

Un contrabando en el cielo

...por Eusebio Robledo


Haciendo Dios un día
la visita en el cielo acostumbrada,
notó que cierta gente no tenía
una faz suficientemente pura,
y que se hallaba como avergonzada
con esas almas de inefable albura.

A San Pedro -se dijo- qué le pasa?
Tal vez su edad no escasa
el carácter le habrá debilitado;
preciso es sermonearle al descuidado
guardián; que se le llame. . . Y al instante
en raudo y limpio vuelo,
un ángel fue y hallólo bien sentado,
y con el ojo alerta,
muy tranquilo en el suelo,
al lado de la puerta:

"Yo vengo, San Pedro a reemplazarlo
un momento siquiera,
pues el buen Dios lo quiere interrogar''.
Y San Pedro corrió, y con severa
actitud, el Señor lo reprendió
diciéndole: "No, no!
esto no puede ser, tú estás dejando
entrar gente manchada
a esta mi pura celestial morada".

"Me confundes, buen Dios", respondió Pedro,
"pues yo vivo en la puerta siempre en vela,
como perenne y listo centinela,
y a pesar de mi edad tan avanzada,
no se me pasa, por descuido nada;
créeme, buen Señor; no soy culpable,
pues yo soy en mi puesto inexorable,
y ningún muerto ha entrado a esa corte
sin traer el debido pasaporte".

"Cálmate", dijo Dios; "probablemente
se nos está engañando. Mira abajo,
¿conoces esa gente?"
"Oh mi buen Dios, te digo francamente:
Jamás por mí fue vista,
que no están en mi lista,
que no son en verdad de nuestro bando;
y que indudablemente
aquí se me está haciendo contrabando;
pero yo te prometo, buen Señor,
coger pronto al traidor;
y de no, con dolor del alma mía ,
te renuncio, Señor, a la portería".

San Pedro echó después con gran cuidado
mil vueltas a las varias cerraduras,
y cuando estuvo bien asegurado
de que no había rendija ni aberturas
por donde penetrar pudiera un alma;
y estando ya la noche un poco entrada
se sentó en plena calma
a vigilar la celestial portada.

Más, ¡oh gran maravilla! De repente
y sin saber por dónde, cómo y cuándo
vio que una intrusa gente
al cielo y de rondón se iba colando.
San Pedro entonces, inmediatamente
mandó llamar a Dios para que viera
lo que estaba pasando,
y cuando hubo llegado, el buen portero
le hizo señas a Dios que se escondiera
allí, sin hacer ruido y que tuviera
oído agudo y ojo muy certero.

Y qué cuadro el que vieron, ¡admirable!
Por fuera del recinto habían quedado
muchas almas que Pedro, inexorable,
había en su puerta rechazado
porque no habían traído al paso
el pasaporte íntegro y cumplido
y esas almas tan tristes exhalaban
tan amargos gemidos
y quejas de tan gran melancolía,
que la Virgen María,
de ellas compadecida y no sufriendo
que en vano así esa gente la implorara,
a los muros del cielo se subía
y desde allí, creyendo
que por la noche nadie la veía,
uno a uno iba alzando
con intensa alegría,
haciendo así a San Pedro contrabando.

Como San Pedro ya se vio triunfante,
probada su inocencia,
al buen Señor le dijo muy campante:
"Al menos le hará Usted una advertencia!"
Más el buen Dios que había reconocido
de los muros del cielo, allá en la altura
a su Madre, tan dulce, pura y bella,
le respondió con sin igual dulzura:
"Para qué? Tú sabes cómo es Ella!"


Escrito por: Eusebio Robledo 
(Salamina, 1872; Bogotá, 1926) fue abogado y escritor colombiano. El poema fue publicado en la revista Todo María en el número de junio de 1999.

Fuente: www.devocionario.com

domingo, 12 de julio de 2015

Video: Only in God - John Michael Talbot

 Sólo en Dios...Dios es mi salvación.

  

John Michael Talbot es un monje católico, cantante, guitarrista y compositor estadounidense de música cristiana.  También es fundador de la comunidad monástica The Brothers and Sisters of Charity en Eureka Springs, Arkansas, Estados Unidos.

sábado, 11 de julio de 2015

Evangelio: Domingo 12 de julio de 2015


Domingo 15º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):


En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor

Fuente: http://www.ciudadredonda.org/
Comentario completo: http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/?f=2015-07-05


viernes, 10 de julio de 2015

¿La fe es heredada o aprendida?

A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas, cada una con características diferentísimas, con modos distintos de pensar, capacidades y talentos variados, y aptitudes y actitudes muy específicas, y es que esa es la maravilla del ser humano, ser únicos a pesar de ser creados a una sola imagen: la imagen de Dios.

Tomando esto en consideración, si escogiéramos dos hermanos, parecidos físicamente, con algunas cualidades compartidas y criados exactamente bajo los mismos parámetros, al cada uno poseer personalidades distintas, sus gestos, reacciones y decisiones pueden resultar ser completamente opuestos.  Por ejemplo, puede ser que ambos son muy buenos con las matemáticas, sin embargo, uno va a escoger la parte financiera-contable y el otro la físico-ingenieril.  Pero, ¿qué pasa con la fe?

Yo pienso que funciona exactamente igual, y es que existen varios factores que van a influir en cómo es ésta acogida y practicada.  Uno puede nacer bajo el seno de una familia de una religión y a los años, a medida que uno madura decidir cambiarse de religión, pero lo que se cuestiona es ¿qué es lo que no encontraba en su religión que tuvo que explorar y buscar en otros territorios?

Ante esto, se me vino a la mente una sencilla comparación: “la fe es como saber escribir”.  Aprendemos a escribir desde niños, unos a más temprana edad que otros, por lo general se nos enseña en la escuela, sin embargo, hay otros que aprenden en casa; pero así mismo hay muchos que no adquieren este conocimiento ya que sus padres carecieron de educación y además no poseen recursos suficientes para enviarlos a la escuela a aprender.  De igual forma considero que sucede con la fe.  La fe se aprende en casa inicialmente y luego la Iglesia completa la formación; pero si los padres no conocen, no podrán enseñar ni enviar a aprender.

En algunas circunstancias, ese escenario no cambia, sin embargo, el mundo  y las personas no son estáticas por lo que en la mayoría de los casos las personas llegan a buscar ya sea por necesidad o curiosidad qué hay más allá de su entorno inmediato y conocen gente que les muestra otras perspectivas de vida, de oportunidades, de sueños y esperanzas, que sólo cada uno es quien tiene la determinación de generar un cambio, de progresar.

Muchos a pesar de entrar en un nuevo entorno donde el escribir es sumamente importante, se limitan a lo que saben y no deciden superarse.  De igual forma sucede con aquellos que si aprendieron en la escuela las normas básicas de escritura, pero no le ponen en práctica de la manera correcta, lo cual es reflejado por ejemplo, en innumerables faltas ortográficas o en frases sin sentido.  Así mismo es la fe, a pesar de conocer personas que nos la introducen, suele ocurrir que la rechazamos porque creemos no necesitarla, y los que ya la teníamos aprendida hasta cierto punto, no le tomamos importancia a desarrollarla, más bien la desechamos y olvidamos.


Dicho todo lo anterior, considero que la fe es heredada en parte, al ser aprendida de nuestros padres, sin embargo, en mayor parte, la fe es aprendida porque siempre ha de ir creciendo, siempre involucra aprender más y más y cada quien es el que ha de hacerlo posible.  Y a la hora de tener que enseñarle a otros sobre la fe, estimo que funciona igual, mientras más aprendamos y más herramientas poseamos, mayor alcance podremos tener.  No podemos conformarnos, siempre debemos buscar crecer en Dios y para Dios.

martes, 7 de julio de 2015

Novena: Nuestra Señor del Carmen


Novena a la Virgen del Carmen

Por la señal, etc.



ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías).


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.


DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


SEXTO DÍA

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 
Terminar con la oración final.


DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. 

Terminar con la oración final.


Fuente: http://es.catholic.net/

lunes, 6 de julio de 2015

Biografía: Santa María Goretti

Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijo.
Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo.

Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.

A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado.

En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años.

Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.
El 5 de julio de 1902 Serenelli fue en busca de María quien estaba sola en su casa y al encontrarla la invitó a ir a una recámara de la casa a lo que María se negó por lo que aquél se vio obligado a forzarla.

María se negaba advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones por lo que éste la atacó con un cuchillo clavándoselo catorce veces.

María no murió inmediatamente, fue trasladada a la hospital de San Juan de Dios donde los médicos la operaron sin anestesia porque no había y durante dos horas la santa soportó el sufrimiento ofreciendo a Dios sus dolores.

Antes de morir, un día después del ataque, María alcanzó a recibir la comunión y la unción de los enfermos e hizo público su perdón a Serenelli.

El asesino fue condenado a 30 años de prisión donde al principio no daba muestras de arrepentimiento. La tradición cuenta que después de un sueño donde María le dijo que él también podía ir al cielo, Serenelli cambió completamente volviéndose hacia Dios y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus pecados.

Después de 27 años de cárcel fue liberado y acudió a pedir perdón a la madre de la santa, quien no solo lo perdonó sino que lo defendió en público alegando que si Dios y su hija lo habían perdonado, ella no tenía porque no perdonarlo.

La fama de María Goretti se extendía cada vez más y fueron apareciendo las muestras de santidad, que fue fruto de su cercanía a Dios y su devoción a la Virgen María.
Después de numerosos estudios, la Santa Sede la canonizó el 24 de junio de 1950 en una ceremonia que se tuvo que realizar en la Plaza de San Pedro debido a la cantidad de asistentes que se calculaban en más de quinientas mil personas.

En la ceremonia de canonización acompañaron a Pío XII la madre, dos hermanas y un hermano de María. Durante esta ceremonia Su Santidad Pío XII exhaltó la virtud de la santa y sus estudiosos afirman que por la vida que llevó aún cuando no hubiera sido mártir habría merecido ser declarada santa.


Fuente:  www.ewtn.com

sábado, 4 de julio de 2015

Evangelio: Domingo 5 de julio de 2015


Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):



En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. 
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?» 
Y esto les resultaba escandaloso. 
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.» 
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor

Fuente: http://www.ciudadredonda.org/
Comentario completo: http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/?f=2015-07-05